A ti, que en tu vuelo alcanzaste la libertad, que pudiste observar el mundo de un extremo a otro; a ti que me meciste y anunciaste cada amanecer con tus trinos… te ofrezco el jardín de la muerte, donde la naturaleza es exuberante y las crisálidas quedan convertidas en bellas mariposas, donde el hombre muere a tanta violencia y sufrimiento.
Pido que cuides esta ofrenda hasta llegar un mundo nuevo, donde el hombre abrirá su corazón a la felicidad, donde las alas de su imaginación serán más poderosas aún que las tuyas.
Yo, la vida, he conservado este pequeño obsequio, todo un legado que se convertirá en belleza a tu cuidado.
Sakkarah azul
Pena que no está en la naturaleza humana el cuidar absolutamente de nada... Besotes!!!
ResponderEliminarUn legado que no siempre sabemos apreciar, el de la vida en toda su amplitud.
ResponderEliminarDulces besos en el lado azul.
Es cierto, dulce, no lo apreciamos suficiente...
EliminarDulces besos.
Si es una pena, Mi Alter Ego...
ResponderEliminarMuchos besotes, guapa!