Hoy llueve sobre el fuego,
Todo resbala por mis manos.
Sólo queda la queja en la palabra.
El agua se va llevando todo,
y esta tristeza
se agarra como una lapa al alma.
No quiero una eternidad,
ni lunas para alumbrar mis noches
Hay lágrimas de nácar
En un altar
Una estrella
alumbra mis labios secos, sellados,
donde murieron los besos.
Misterio azul
Una lluvia que apaga toda chispa en el alma.
ResponderEliminarBeso dulce.
Sí...
EliminarMuchos besos dulces.
Con la lluvia podemos dejar ir aquello que se adentró en el alma y nos dejó agonizantes, pero podremos conseguir que esas gotas de agua arrasen con todo y ver nuevamente el sol cuando despeje el mal tiempo.
ResponderEliminarBesitos!
No sé, FG... ojalá...
EliminarMuchos besitos
Sí, hay días que llueve sobre el alma.
ResponderEliminarBella forma de expresarlo.
Una barzo.
Muchas gracias, Jerónimo :)
EliminarUn beso y un abrazo.
La lluvia es así apaga todo el fuego que puede existir, no se da cuente que existe un fuego de sentimientos que no se debe de apagar.
ResponderEliminarSaludos