Golondrina inquieta revoloteando en círculos alrededor del nido de cigüeña. Se aleja de la bandada, por instantes, para visitar a D. José. Él, sentado a la vera de la casona rememora los lugares en que hizo alusión a las ancianas de las aldeas. Al sol, sin más razón que ensimismarse en el pensamiento. Este, fugaz, corre de un momento a otro, del pasado al presente, al futuro.
Allí estaba ella sentada, mirándolos al pasar. Con la mirada curiosa para desvelar la procedencia de esa pareja, ya madura, que se amaban. En sus miradas, en su abrazo, se notaba que era un encuentro furtivo y fugaz. Y ahora él la recuerda con ese misterio indescifrable en sus ojos, con esa ternura que se asoma al mirarle. Y sus manos…Aún las siente posadas en su cintura. Delicadas manos incansables a la caricia.
No se sentía solo, la golondrina le traía su aliento, sus palabras de amor por siempre. Ella en la espera, él deseando partir a su encuentro. Convertido en cuenta cuentos, romántico en la palabra. Él, un truhán, un jugador, el mayor seductor; ahora la recordaba. Y…¡Cómo lo hacía! Si ella lo imaginara, si la muerte sólo fuera un paso…
Sí, ahora se daba cuenta de cuánto la amaba.
Misterio azul
Y así como la golondrina, dejo su nido porque le esperaba otra primavera, pero al pasar la primavera él sabía que ella no volvería pues sus alas estarían rotas.
ResponderEliminarMuy bueno!!!
Cariños...
Muchas gracias, Oriana.
EliminarCariños y muchos besos.
hermoso y cautivador, desde luego, este relato tan tierno... besos.
ResponderEliminarMe alegra si te ha gustado, Antonioe.
EliminarMontón de besos.
Que inspirada estás, es un placer leerte, de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo.
feliz semana.
La foto es preciosa, igual que tus las¡¡¡
Un beso.
Tú si que eres preciosa, Amapola, muchas gracias.
ResponderEliminarUn besazo.
Por momentos creí que era yo ese José, seguí leyendo con emoción dándome cuenta que yo solo soy José y no ese D. José.
ResponderEliminarLos amores nunca se olvidan y en cualquier momento con nostalgia son recordados.
Saludos
es todo un honor leerte. un gran beso fernando
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