Pasa el verano de largo, y yo ando aquí tumbada, entre las
rosas, dando rienda libre a mis pensamientos. Cerca está la fuente, donde el
agua, con su eterno cantar, viene a recordarme los susurros de tu voz, tu
ternura.
Me haces feliz, muy feliz. Aunque hoy tengo el corazón
inquieto por mis miedos. Quiero parar los latidos que se alteran, quiero pensar
que el sentimiento puede despejar las sombras. El amor es luz y deseo que la
haya a raudales. Me gusta reír a tu lado, me gusta sentir que me amas, sin que
nadie opaque esa alegría.
Cierro los ojos y te veo. El valor viene a mí cuando siento
tus besos.
Misterio azul
Y a mi me gusta venir aquí incluso en invierno...
ResponderEliminarUn abrazo.
solo te puedo comentar que hago tuyo ese pensamiento... y es que cuando se siente amor... todo es... luz y color... besos.
ResponderEliminarPodría ser invierno afuera, pero un verano permanente en el alma cuando se siente que alguien tiene esa luz que ilumina tus días.
ResponderEliminarOtro dulce beso.
Nada hay peor que los miedos internos, pero hay que mirar alrededor, vivir el presente y sobre todo sentir la plenitud del amor y este es pura luz, tal como tú lo has dicho.
ResponderEliminarBesos!