De niña me encantaban los cuentos, me pasaba la vida pidiendo que alguien me los relatara. Tenía a mi abuela materna, y una tía muy cuentera. Ella sólo tuvo hijos, y deseaba una hija, sería por eso que se complacía pasando mucho tiempo contándomelos.
Imagino que a todos nos sucedía lo mismo, lo que no sé es si todos tuvieron la suerte de tener quien se los narrara.
Otra cosa que recuerdo, es que me obligaban a echar la siesta en verano. Me veían muy delgaducha, y querían engordarme de esa manera; por eso, siempre odié dormir en la tarde. Las personas la duermen en verano, quitándose esas horas de tórrido calor; y yo en cambio, voy buscando a mi amado sol para pasear.
Todo esto viene a cuento de una leyenda argentina que leí, “El Yassi”, una especie de enano que robaba a los niños que no se echaban siesta.
Misterio azul
Pues a mi no me han robado, no suelo dormir siestas :)
ResponderEliminarDulces besos.
:) Ya somos dos.
EliminarDulces besos.
Ami tambin me encantaba los cuantos ahora son los libro y las pelis
ResponderEliminarPues eso es bueno, leer...
EliminarMuchos besos.
Eres afortunada yo no recuerdo que me hayan leído algún libro, pero a diferencia tuya si me encanta la siesta de verano.
ResponderEliminarCariños...
:) Sí tuve suerte... Me gustaban mucho los cuentos.
EliminarMuchos cariños y besos
y en mi pueblo estaba el tio del saco... imaginación de nuestras madres para conseguir suavizar aquellos diablillos juguetones... hermosos recuerdos. besos.
ResponderEliminarJajaja, sí, y a mi me metían miedo también con la mano negra...
EliminarMuchos besos.
Pensaba que la siesta era un invento español, seguramente lo llevaron los españoles con el descubrimiento.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, creo que sí es un invento español. Pero ese cuento es de Argentina :)
EliminarMuchos besos.
Es que, de niño, estar en la siesta y escuchar el revuelo que hacen los que están divirtiéndose en la calle es muy duro, besos!
ResponderEliminarJajaja, claro, yo solo quería jugar...
EliminarMuchos besos.
Yo no recuerdo que me obligasen a sestear,tal vez, porque siempre fui una niña muy pacífica, también devoradora de cuentos que en principio me contaban o leían para que cuando me pasaron el testigo, lo hiciese yo misma fantaseando al hilo de sus letras.
ResponderEliminarSin embargo y con los años,la siesta breve, esa cabezadita si es posible, me encanta.
:)
Besos.
A mi me obligaban porque estaba muy delgadita y pensaban que eso me engordaría.
EliminarLo malo de mis siestas es que no son de una cabezadita, me quedo horas y me despierto mal... Si fueran cortas...
Muchos besos.
El odio a las siestas cuando chicos se troca en deseo cuando grandes, una siesta reparadora nos viene muy bien, todo se balancea con los años, Misterio, un abrazo!
ResponderEliminarA mi no me gusta porque duermo mucho y levanto de mal humor... :) Por eso prefiero no acostarme.
EliminarMuchos besos.
Saludos!!
ResponderEliminarOs invito a leer en mi blog el relato El Sueño Español, una pequeña visión de la realidad laboral y sindical española.
Gracias.
Hasta la próxima!
Gracias, Camisas.
EliminarUn beso.
me gustan las siestas, aunque hace mucho que no me hecho una.. A mí también me gustaba que me contasen cuentos, pero en verdad era yo los que los acababa leyendo..
ResponderEliminarun besoo
Sí, yo también los leía... :)
EliminarMuchos besos.
A mi no me gusta dormir mucho, soy muy madrugador y me gusta aprovechar el día al máximo y siempre me faltan horas, aun así una vez a la semana necesito echarme un siesta. Un abrazo.
ResponderEliminarEs normal si duermes poquito... :)
EliminarMuchos besos.
¿La siesta? yo nunca, era incapaz.
ResponderEliminarLa madre de una amiga nos contaba unos cuentos maravillosos, tenía una paciencia infinita, ya no está pero la recordaré siempre.
Besos
Yo tenía una tía, esa me contaba más :)
EliminarMuchos besos.
A mi me gusta la siesta en verano, es gratificante. Lo de los cuento no recuerdo que nadie me leyera ningún cuento.
ResponderEliminarAzul, un abrazo.
Es cierto que en verano apetece más Universo :)
EliminarMuchos besos,
Bellos recuerdos de infancia.
ResponderEliminarYo también odiaba la siesta.
Abrazos.
Sí :)
ResponderEliminarMuchos besos, Jerónimo.
Si ,era la mejor forma de dormirse soñando las historias que te contaban, veías que cada día el cuento era distinto pero entusiasmado lo admitías.
ResponderEliminarSaludos
Sí :) A mi me encantaban...
ResponderEliminarMuchos besos