Deseo

La debilidad del deseo, su lado más crudo y mortífero. La tristeza es como ese pájaro azul al que le canta Bukowski. Hay quien lo ahoga con guiski, otros con el tabaco o las drogas y quien lo ignora haciendo ver que no está ahí. Pero todo eso son trampas y como en todo, ese pájaro dulce, debe de tener su árbol y su nido porque ocupa su lugar en este mundo. Lo que no es sano es quedarse a vivir con él y dejar de disfrutar de otros árboles y pájaros , campos y sensaciones.

La decepción no viene del deseo, éste funciona así, es parte del deseo. Y cuanto más rápido se reconozca y se asuma más fácil es recuperar la alegría y las ganas de vivir. Procurar que ese pájaro azul no se convierta en un cuervo feo y negro es tarea del alma. No es fácil, pero es lo que hay que hacer para recuperar toda la gama de colores del arco iris.

El milagro de la sincronicidad de las cosas es tremendo, solo hay que saber estar a atento y desear sin finalmente tener que hacernos daño por falta de conocimiento y de sabiduría. Conozco, la tristeza, el cuervo y ese dulce pájaro azul. De ahí nace lo que escribo. Siempre existe la posibilidad de cambiar de deseo y recuperar la felicidad. Desear no tener deseos es instalarse en el árbol del cuervo negro. Y llegados a este punto la depresión es su estimado nido y el escape hacia mundos trascendentes su falso cielo.


Lyra

Autor imagen: Ana Omelusik