Tras el día, el apagón
Tras el amor, abandono
Un instante, cada estrella
Y la sombra, nuestro alivio
Viene el aire de golpe
Tambaleando mi cuerpo, mi columna
Se desencaja el alma, vibra,
Y se repliega
Fiel a su monotonía.
Cómodo trono en donde asiento mi seguridad
Y desde aquí te diviso,
Eres mi obra
Escondida entre la niebla,
Mi abandonado busto
En la esquina de la estancia.
Te miro, pero ya no me acerco.
Sakkarah azul
A veces es necesario guardar las distancias.
ResponderEliminarTal vez éso acerque más al ser amado,
dejámdole su espacio,
un lugar para que respire su corazón.
Muy bonito .
Besos.
Sí, tines razón, Amapola, hay que dejar respirar...
EliminarMuchas gracias y muchos besos.
Precioso azul de tus palabras.
ResponderEliminarMuchas gracias, Tracy.
EliminarUn beso grande.
Enigmático poema, más con ese final.
ResponderEliminarDulces besos.
Eso de tener que andar guardando distancias con la gente no sé si me convence... Besotes!!!
ResponderEliminarUn trono que todos hemos conocido alguna vez, mi querida amiga.
ResponderEliminarMil besitos y feliz tarde ♥