La queja se dispara como desahogo, porque uno sabe que nadie puede echarnos una mano en la dificultad que entraña estar vivo. Pero esta misma dificultad es el acicate que nos impulsa siempre a allanar caminos.
La noche nos da cuerda para el recuerdo del día, y pasamos a ver todos los errores cometidos. La mayoría de las veces no hay marcha atrás, pero todo es aprovechable, todo nos hará sacar una enseñanza, aunque puede que pronto se haga presa del olvido.
Nuestra mente creó el tiempo para medir los espacios, y este se ha apoderado de nosotros. Ha crecido como un monstruo gigante que nunca da marcha atrás, y que nos señala siempre el fin.
Todos somos seres singulares de pasos inciertos. Se cruzan nuestros caminos, y hacen que tomemos posición. Un veces entregados, otras indiferentes al resto.
Somos misterio dentro del misterio.
Misterio azul
Destaco eso de pasos inciertos, es cierto. Salvo en algunas excepciones, donde se puede planear adonde ir.
ResponderEliminarPero aun planteándose a donde ir, siempre serán inciertos; porque nadie sabe los obstáculos del camino. Todo puede cambiar en instantes...
ResponderEliminarUn beso.
Así es, un beso para ti.
ResponderEliminarEs como las dos caras de la moneda, depediendo de como sople el viento la vida va por un cauce u otro. Creo que incluso planeando cómo irá, no siempre acertamos en el resultado.
ResponderEliminarBesos!
Es lo que tenemos si queremos vivir dentro de unos aceptables parámetros de bienestar ,que eso nos cuesta diariamente tener que bregar.
ResponderEliminarSaludos
Si, pura lucha, ir tramando pequeñas metas para luego alcanzar el resultado final. Tenemos que vivir la vida como si cada nuevo día fuese el último.
ResponderEliminarBella reflexión, encantada de leerte de nuevo.
Un beso
Rosa